Nuestra Señora de Luján visita nuestros hogares.
Necesitamos llenarnos de los frutos que Dios nos regala en la oración teniendo como claro ejemplo la vida de María. Ella es una viva muestra de humildad, sencillez, generosidad, paciencia, templanza, entrega, servicio, pureza, ternura, maternidad, obediencia.
Queremos que la Virgencita llegue a tu hogar para que juntos como agentes de Pastoral estemos unidos al Amor del Padre por medio de nuestra Madre del Cielo. Esto solo podremos lograrlo si abrimos nuestro corazón a la amistad con Jesús.